miércoles, 26 de noviembre de 2008

EL MERCANTILISMO

Se puede entender al mercantilismo como un conjunto de políticas o ideas economicas que se desarrollaron durante los siglos XVI Y XVII y la primera mitad del XVII en Europa.

LAS CARACTERíSTICAS DEL MERCANTILISMO

El mercantilismo se caracteriza por un marcado intervencionismo desarrollado a partir de una legislación que tendrá dos objetivos:
  • El primero de ellos es aumentar el número de ingresos fiscales (impuestos) y no fiscales ( regalias, ventas de títulos, la deuda publica…) procedentes de todos los sectores para sostener el creciente gasto militar y suntuario.
    Con respecto al gasto militar, cabe citar la tendencia historiografica llamada “Revolucion Militar”, cuyos maximos representantes son Downing y G. Parker. Se intenta explicar toda la evolucion historica de la guerra desde el XV y defienden la centralización y el control además de un aumento de los impuestos para sufragar el gasto de las guerras. En definitiva, seria la necesidad belica el motor de los estados de este periodo. Sin embargo, encontramos críticas pues conlleva una dependencia de los créditos para promover las guerras.

  • La segunda, es fortalecer las bases de la monarquia (las élites) para que sigan favoreciendo y apoyando a estas monarquias. El rey es el árbitro entre las clases dirigentes pues mantenia un pacto con ellos.

Además, el marcantilismo se caracteriza por un marcado proteccionismo, que trata de limitar la importación de productos manufacturados y la exportación de materias primas mediante fuertes aranceles.

Por último, podríamos decir, que esta teoría económica defendía un fuerte fomento de la industria nacional y promulgaba que los estados intentaran perpetuar el monopolio comercial.


La teoría mercantilista se puede resumir en cinco ideas claves:

  1. Poblacionismo, esto es la creencia de que un estado es más rico cuanto mayor sea su población.

  2. Bullonismo, teoría que defiende que la riqueza de un estado se mide por la cantidad de metales que éste tenía. También hace referencia al modo de lograr este objetivo mediante la explotación de minas.

  3. Protección de la industria y el comercio, sobre todo en países que carecían de minas.
  4. Una balanza comercial favorable, es decir, que el país exporte más de lo que importe.

El objetivo final del mercantilismo sería el enriquecieminto del Estao. Es, sin embargo un pensamiento heterogéneo, pues estas ideas no forman un cuerpo coherente pues no establecen como conseguir esto. Se dará por circunstancias propias del momento. Los mercantilistas son pensadores que observan la realidad e ontentan resolver el problema.


HISTORIOGRAFÍA.

La pregunta clave a la cual nos enfrentamos es ¿es el mercantilismo una escuela económica? Ante esto algunos dicen que sí, que tienen postulados comunes; y otros dicen que no, pues argumentan que es una invención a posteriori. En el caso español, en general se acepta que sí que fue una escuela.

Para resolver esta pregunta debemos indagar cómo surge el concepto de mercantilismo

Hay que decir que los escritores del XVI y XVII no tenían conciencia de pertenecer a una escuela. Incluso, el término mercantilismo, no fue acuñado por ellos sino por los fisiocratas del XVII y luego fue perpetuado por Adam Smith. Este concepto era peyoratico en oposición al liberalismo.

El mercantilismo como término se dota de contenido en la Alemania del siglo XIX. Algunos autores como Roscher que dota al mercantilismo de un caracter positivo pues fortalecía el poder del estado. La clave es que es en este momento cuando empieza a fraguar el Estado Alemán y los alemanes buscaban la legitimacion de la política proteccionista que estaban practicando y lo hicieron mediante el mercantilismo.

Los alemanes necesitaban inventar el mercantilismo como un movimiento coherente, homogéneo y positivo para legitimizar su política. Así, se empieza a consolidarse que era una verdadera escuela, por lo que podemos decir que es una invención a posteriori.

El siguiente paso lo dará Heckscher, quien deja la obra básica sobre el mercantilismo. Señala que constituye un sistema de poder y una politica de unificacion nacional. Además, defiende su coherencia politica y sus objetivos pero advierte sobre la debilidad de los medios empleados.





jueves, 20 de noviembre de 2008

LA ESCUELA DE LOS ANNALES: INICIOS

Annales se atrevió a ofrecer otra visión de la Historia, un enfoque novedoso que se caracteriza por haber desarrollado una historia en la que se han incorporado otras ciencias sociales como la geografía, la sociología, la economía, la psicología social y la antropología, entre otras. Los integrantes más destacados de “la escuela de Annales” son Lucien Febvre, Marc Bloch, Fernand Braudel, Georges Duby, Jacques Le Goff y Emmanuel Le Roy Ladurie, sin olvidar a Ernest Labrousse, Pierre Vilar, Maurice Agulhon y Michel Vovelle.
Sus objetivos principales eran la sustitución de la tradicional narración de los acontecimientos por una historia analítica orientada por un problema, y propiciar que la historia de toda la gama de las actividades humanas en lugar de unas historia primordialmente política, y por último, a fin de alcanzar los primeros dos objetivos, la colaboración con otras disciplinas, anteriormente citadas. Me voy a centrar en los primeros pasos de la revista francesa.

La fundación de Annales
Poco después de terminar la Primera Guerra Mundial, Febvre proyectó fundar una revista internacional dedicada a la historia económica y que debía dirigir el belga Henri Perenne. Pero tras un periodo de dificultades, decidió dejar de lado sus planes.
En 1928, Bloch tomó la iniciativa de reanimar los planes para fundar una revista, y en esta ocasión el proyecto tuvo éxito. Se pidió de nuevo a Perenne que dirigiera la revista, pero declinó el ofrecimiento, de manera que Febvre y Bloch fueron los directores asociados.
Annales d´histoire économique et sociale fue planeada desde el principio para ser algo más que otra publicación. Aspiraba a ser la guía intelectual en los campos de la historia económica y social.
En los primeros números, los historiadores económicos eran los más prominentes, sin embargo, en 1930 se anunciaba la intención de la revista de establecerse “en el terreno casi virgen de la historia social”. A su vez, la publicación también se interesaba por el método de las ciencias sociales.

La institucionalización de Annales
Llegó a ser gradualmente el centro de una escuela hisoriográfica. En 1939, Febvre reconocía la existencia de un grupo de simpatizantes, “un núcleo de jóvenes “, que seguían lo que llamaban “el espíritu de Annales”.
La Segunda Guerra Mundial detuvo durante un tiempo el constante proceso de evolución y renovación de la escuela, Bloch fue fusilado en 1944, prisionero de los alemanes, perteneció al movimiento de la resistencia. A los pocos años, recobrada la paz en Europa, Febvre continuaba publicando la revista primero en nombre de los dos directores y luego sólo en el suyo. Después de la guerra la revista se transformó en el órgano oficial de una iglesia ortodoxa, con la dirección de Febvre los revolucionarios intelectuales lograron hacerse cargo de la disposición histórica oficial en Francia. El heredero de este poder sería Fernand Braudel.

jueves, 6 de noviembre de 2008

La escolástica; principales temas económicos de reflexión.

El tratamiento que la escolástica va a otorgar a las cuestiones económicas se halla imbuido en la concepción que ésta tenía sobre la vida de los hombres y de sus relaciones. Los doctores escolásticos eran teólogos cuyo enfoque sobre el funcionamiento de la economía se proyectaba desde unos criterios de ética y moral. Así, los principales temas económicos tratados serían aquellos que, de forma directa o indirecta, podían dar lugar a una conducta ilícita del individuo.

Cuatro cuestiones principales serían pues objeto de mayor estudio y crítica; el valor, el precio, la usura y los cambios. En el caso del valor, la escolástica desarrollaría una teoría, la teoría del valor, basada en la utilidad. Respecto al precio, los escolásticos disertarían sobre si éste era o no justo en cada bien -justo precio-, tratando también la formación de los precios relativos. La usura sería tratada sobre la base de las discusiones acerca de la licitud de los préstamos con interés. Desde aquí además se establecerían distintas teorías del interés. En último lugar, el problema de los cambios, en el ámbito de las divisas.

La teoría del valor.
En este tema quizá sea Bernardino de Siena –en su Tractatus de contractibus- el autor que más profundamente se propuso explicar, siguiendo la estela de Tomás de Aquino, para quien el valor de un bien dependía de tres factores fundamentales. Estos factores se constituían como la utilidad objetiva (virtuositas), la escasez (raritas) y su atractivo para el consumidor (complacibilitas).

El justo precio.
En primer lugar es conveniente explicitar que para los escolásticos el precio de un bien es estrictamente su valor manifestado en términos monetarios. La mayor parte de los escolásticos se inclinaban por considerar justo el precio de un bien que había sido establecido por la comunidad a través del mercado competitivo. Si bien otros autores discreparon en este sentido. Duns Escoto (teólogo franciscano de finales del siglo XIII y principios del XIV) propugnaba por un justo precio basado en los costes de producción más una compensación por el riesgo del empresario al desarrollar su actividad. Otra opinión discrepante fue la de Heinrich von Langenstein (nominalista franciscano alemán del siglo XIV) para quien el justo precio era el que mantenía el estatus social del vendedor y del comprador inalterado.

La usura.
El interés del dinero fue quizá el tema más criticado por la corriente escolástica. Para estos el tipo de interés debía ser cero. Cuando un préstamo implicaba el pago de una cantidad adicional, se estaba incurriendo en una práctica ilícita, la usura. Este concepto ha de concretarse; sólo se utilizaba en lo referente a un tipo de contrato, el mutuum, y a ningún otro. En el caso de que este préstamo se utilizara, por ejemplo, para la inversión en un negocio, no se habría de considerar usura mientras el contrato implicara compartir ganancias y riesgos.
Con el transcurrir del tiempo se fueron abriendo paso opiniones que, tras el estudio de las distintas formas de préstamo, abrirían la justificación del cobro de intereses en una gama amplia de casos. En 1546 un jurista francés, Charles Dumoulin, propuso legitimar el cobro de intereses mediante la idea del lucro cesante o lucrum cessans, que puede ser entendido como el concepto de coste de oportunidad, esto es, el pago adicional a la cantidad principal como compensación por el uso del dinero del prestamista, que podía haberlo utilizado en otra actividad.

Cambios.
El principal problema de los escolásticos en este sentido se centraba en dilucidar que cambios eral lícitos y cuales no lo eran. Los cambistas, ante la imposibilidad de cobrar intereses de forma abierta por sus adelantos, lo hacían encubiertamente por el tipo de cambio que cobraban. Sin duda los esfuerzos de doctores como Domingo de Soto, si bien no consiguieron que estas actividades cesaran, si parece que contribuyeron a retrasar el desarrollo de la banca comercial y a que se estableciera un mercado financiero y crediticio más transparente. Derivado de este estudio de mercado –objeto preferente de la corriente escolástica conocida como Escuela de Salamanca- saldrían a la luz formulaciones teóricas monetarias de suma importancia; la teoría cuantitativa del dinero y la teoría de la paridad del poder adquisitivo.



miércoles, 5 de noviembre de 2008

Pensamiento económico Bajo Medieval: aportaciones de Nicolas de Oresme a la economía política y teoría monetaria.

Los intelectuales bajomedievales también se ocuparon de teorizar en materia monetaria, aunque del análisis de sus escritos se desprende los escasos progresos en este sentido. Seguiría vigente el metalismo aristotélico –que abogaba por el pleno contenido metálico del dinero- ya que se añadieron nuevas razones para su prosecución, como el respeto sagrado al contenido de los contratos. Esto se explicaba como fundamento para preservar la equivalencia en los intercambios.

Se registraba además este pensamiento en el surgir de voluntaristas y nominalistas de finales del XIII y del siglo XIV, considerados como los precursores de la filosofía individualista y del espíritu laico. Precisamente de esta fuente mana la teoría monetaria que expresa el dinero como propiedad individual –esencia esta de los derechos subjetivos-, indicando que era lesivo para el individuo las alteraciones de las monedas –por ejemplo fruto de la reacuñación en la que el príncipe obtenía un beneficio- con el consiguiente envilecimiento de las mismas. Esta idea llevaba implícita una crítica hacia los monarcas, que habían utilizado históricamente la reacuñación como medio para obtener liquidez.

En este sentido es clave la figura de Nicolás de Oresme (1320-1382). Sobresaliente académico en la Universidad de París, donde fue el alumno más distinguido de John Buridan. Cuando se encontraba cercano a la obtención del grado de magíster, se había extendido una polémica que inmiscuía al propio Juan II -un grupo de magnates se opusieron a la política de alteración monetaria-. Esta controversia, muy en boga por aquellos tiempos, dio pie sin duda a su interés por reflexionar sobre el origen, la función y los usos del dinero, definiéndose estas disertaciones en su Tractatus de origene et natura iure et mutationibus monetarum.

Oresme se sitúa aquí como un agudo observador, aportando una visión más política que teórico-económica. En efecto, el objetivo de la obra es saber si los soberanos tiene derecho o no a alterar la moneda a su capricho. En el Tractatus se pregunta quien puede acuñar moneda, quien debe costear la acuñación así como a quien pertenece la moneda.

Oresme no era partidario de la acuñación libre, así como consideraba que la moneda debía conservar inalterado su valor. En cuanto al lucro del príncipe en este sentido, Oresme se posicionaba claramente “Obtener beneficio de la alteración de la moneda es peor que la usura” (Tractatus, cap.10) Solo en casos muy excepcionales el príncipe estaría autorizado para alterar el contenido: defensa del reino ante un ataque extranjero y una variación proporcional del oro y la plata.

Pensamiento económico Bajo Medieval: la escolástica y sus interpretaciones.



En la Baja Edad Media, los planteamientos económicos no se realizaban desde la óptica de unos individuos que hubieran recibido una preparación concreta en la materia, y más allá, sus disertaciones económicas se inscribían en unos pocos capítulos -cuanto más- sino solo unas páginas de sus escritos.

Así mismo, el enfoque concreto de estos intelectuales europeos - escolásticos- se proyectaba desde planteamientos éticos y moralistas. De esta forma, algunos ámbitos de la práctica económica no eran abordados. Los temas económicos discutidos solían enmarcarse dentro de un marco del derecho contractual -derivado en gran medida del Derecho Romano-. En definitiva, de cada tipo de contrato surgía una reflexión; el emptio-venditio (compra-venta) redundaría en una discusión sobre el justo precio, o el mutuum (préstamo sin cobro de intereses) que provocaría la meditación sobre los préstamos ilícitos -cobro de intereses- como usura.

Cuando el concepto económico era analizado, se desprendía del escrito la misma pregunta, ¿es lícita tal o cual práctica? Desde aquí se postulaban ideas que pretendían influir en la conducta de los individuos que operaban en la práctica examinada. Era –siempre con excepciones- una corriente que se preocupaba por los asuntos microeconómicos, esto es, se analiza el funcionamiento de la economía desde la representación de la conducta del agente individual. Valgan como ejemplo los estudios sobre los precios –relativos-, el justo precio; a la escolástica le preocupaba primordialmente no cómo se formaban los susodichos precios, sino si el precio del bien en cuestión –ya fuera de mercado o legalmente impuesto- era justo.

Debe sin duda esclarecerse que no nos encontramos ante un pensamiento uniforme. En la Iglesia de la baja Edad Media confluían una suerte de tendencias diversas, dada la multiplicidad de órdenes eclesiásticas. Esto es, no existía un pensamiento escolástico único. Como muestra las interpretaciones sobre el justo precio. Santo Tomás parece inclinarse por una teoría de mercado competitivo, mientas que Duns Escoto defiende una teoría basada en los costes de producción más una compensación por el riesgo, y el nominalista alemán Heinrich von Langenstein considera que el precio demandado por un bien debe reflejar la situación social igualmente del vendedor y del comprador -el precio justo es el que mantiene el statu quo social-. De igual forma puede considerarse el tratamiento de la usura , de la que se parte de una estricta inflexibilidad en su negación a posturas más laxas, gracias a la introducción de planteamientos como el lucro cesante.

Uno de los representantes de la escolástica más reconocidos es Santo Tomás de Aquino (1224-1274). Teólogo dominico italiano, discípulo de Alberto Magno en París. Autor tremendamente prolífico, una de sus obras más sublimes es la Summa Theologica -compendio de toda la teología cristiana de su tiempo-. Esta obra fue punto de referencia para la corriente escolástica conocida como Escuela de Salamanca. En materia económica, se le supone la primera teorización sobre los problemas del monopolio -que alteraban el precio justo de las mercaderías-. Así mismo, calificaría el cobro de intereses -usura- como una práctica perversa, que debía estar perseguida por la ley civil y religiosa. Ambas cuestiones se encuentran en la llamada Secunda Secundae -la segunda parte del segundo volumen de su Summa-.