domingo, 28 de diciembre de 2008

Inglaterra

Se introdujeron e implantaron las técnicas agrarias experimentadas en los Países Bajos, en buena parte como efecto de las migraciones forzadas por motivos político-religiosos. El desarrollo de la agricultura inglesa se basó en las transformaciones profundas de la estructura de la propiedad. Se implantaron nuevos cultivos como la zanahoria, la patata, los nabos, etcétera. El sistema de "enclosures", que había sido muy amplio en las Midlands durante el siglo anterior, permitió una intensificación de los cultivos, al imponer límites visibles a las propiedades y al excluir las antiguas servidumbres de uso colectivo (common rights) propias de los "open fields" o campos abiertos. Cabe recordar que los “enclosures” provocaron la aparición del proletariado, pues la estructura de la propiedad apareció desde este momento dominada por grandes terratenientes que cedían mediante contrato la tierra a arrendatarios para una explotación de tipo comercial. Dichos arrendatarios, a su vez, utilizaban mano de obra asalariada.
A continuación, mediante un esquema, enfrentaré el modelo de propiedad privada y el modelo de propiedad comunal:

PRIVATIZACIÓN: Crítica a los principios capitalistas.
PROPIEDAD COMUNAL: Sociedad igualitaria = Mejores niveles de vida para el campesinado = Reivindicación de lo colectivo.


Como conclusión el panorama en referencia a la agricultura es similar a siglos anteriores en Europa, si bien es cierto que durante el siglo XVIII la geografía económica europea permite manufacturar productos, pues no es solamente una agricultura de subsistencia, de consumo directo, adquiere un nivel superior en cuanto a mercado.

viernes, 26 de diciembre de 2008

Holanda

Ahora me centraré en las dos excepciones nombradas anteriormente, Holanda e Inglaterra.
Holanda
Modelo de agricultura científico, diferente a Europa, con sistemas de abonado muy superiores y con los polders.
Su sistema de abonado se basa en el detritus humano de las ciudades, su empleo es posible por la cercanía de las ciudades, no supone una elevada carga de trabajo reutilizarlo, y conlleva grandes beneficios para la tierra.
Y los polders son las porciones de terreno ganadas al mar, con el fin de la explotación agrícola. A la derecha muestro una foto de un pólder.
Holanda poseía un mercado muy desarrollado, y tienen más recursos para fortalecerlo, como son mayor abundancia de agua y de estiércol. Dedican su producción a la exportación, previa distribución interior, y obtenían grandes beneficios. A mediados del siglo XVI dejan de recolectar el trigo, y se centran en el cultivo hortofrutícola y en la ganadería estabulada. Abandonan el barbecho, aumentan la eficacia del arado y de los molinos de viento.
Fue una agricultura excepcional, con grandes rendimientos, gracias a una mejor tecnificación, y gracias al equilibrio ganadero, y a que los campesinos son poseedores de tierras.

Agricultura europea en la Edad Moderna

La agricultura del siglo XVIII en Europa:

La agricultura era el sector básico de la economía, en consecuencia, era trascendental para cualquier aspecto. La agricultura lo envolvía todo.
La agricultura movía la industria textil (lino, seda). En su mayoría era una agricultura cerealística, en sus distintas vertientes. Predominaba el cultivo del cereal por diversos motivos, como son los de índole racional, y de carácter psicológico, el temor a la escasez, a la hambruna...
Pero hubo dos excepciones, Inglaterra y Holanda, que, posteriormente, trataré, ahora me voy a centrar en las características de la agricultura:
- Predominio del cultivo del cereal.
- Escasa tecnificación. Supone un serio problema, por la baja productividad.
- Abono primario.
- Red de comunicaciones deficiente, heredera del pasado.
- La agricultura lo impregna todo.
- Cultivos intensivos y extensivos.
- Como he apuntado con anterioridad, la productividad es baja, una agricultura de subsistencia. En el siglo SVI mejora la situación, la producción tiende a subir, pero la productividad se mantiene baja.
- Progresivo desequilibrio de la ganadería. Pierde importancia. Se sustituyen los bueyes por mulas, porque aran más rápido.
- Limitación física de expansión de cultivo.
- Relación de la expansión del S. SVI con el declive del S. XVII, a causa del crecimiento demográfico y el aumento de los medios monetarios.

miércoles, 24 de diciembre de 2008

LAS MANUFACTURAS Y LA “PROTOINDUSTRIALIZACIÓN” EN LA EDAD MODERNA

Para entender mejor este tema, lo vamos a dividir en varios capítulos:
1. Introducción
2. Organización de la Industria
Gremios
Domestic Sistem o Trabajo a domicilio o Putting out
Fábricas
3.Modelos europeos
Inglaterra
España
Francia
4. Producción industrial en los siglo XVI, XVII y XVIII

INTRODUCIÓN
La situación económica en la Europa de 1500 hace favorable el desarrollo industrial: aumento de la población, extensión de los mercados…En el Renacimiento hubo un cambio de gustos y con ello de producción apareciendo nuevos productos. A partir de aquí podemos entender que la industria, a pesar de no ser el principal sector económico, aumenta su actividad.

ORGANIZACIÓN DE LA INDUSTRIA
a) los gremios.
Se caracterizan por un intervencionismo exagerado. Es una asociación de oficiales que pasan a controlar mediante una reglamentación muy estricta la elaboración, venta y almacenaje. Así, gremio es igual a regulación.Aquellos gremios estaban profundamente jerarquizados: aprendiz, oficial y maestros.

Los gremios en principios, tenían el monopolio de una producción.No solo eran una organización económica sino que también tenían un marcado carácter social pues daban ayuda social a sus integrantes y a sus familias. Por tanto, existía una solidaridad interna. Además, proporcionaban identidad, algo muy importante en una sociedad corporativista.

Los gremios entran en cierta decadencia en la Edad Moderna, esto es lo que nos han enseñado pero no es del todo cierto. Hay gremios que tienen más importancia en el siglo XVIII que en el XV. En Inglaterra, dirigieron la política de la ciudad, proporcionaron alcaldes… por otro lado, en Francia, la monarquía intento modernizarlos mediante edictos y con Colbert se instauró que cada artesano formara parte de un gremio.Los Reyes Católicos reorganizaron los gremios y en el XVI surgen nuevos.En definitiva, no decaen sino que se adaptan a nuevas estructuras productivas como el capitalismo inglés.
En principio dominaban la producción y los precios. Todo ellos hacia que fueran una producción de alta calidad pero también con precio elevado. Además, había otro problema añadido: que cobraba y producía lo mismo en época de crisis y de bonanza.

b)Domestic System
Hay que tener en cuenta otra cuestión. Al analizar los sistemas de organización industrial parece que se contraponen pero hoy sabemos que no es así.

El Domestic System es más propio en el mundo rural pues el gremio está en la ciudad, pero en algunos caso el gremio les contrataba mediante subcontratos.
El Domestic System consistía en que un mercader daba la materia prima a una familia agrícola y ésta fabrica el producto en su casa. Posteriormente se lo da al mercader quien les paga y vende la manufactura en el mercado. En general, el trabajo más duro se hacia en el campo y se terminaba en la ciudad, en los gremios, enlazando ambos sistemas.

De esta forma el Domestic System era sinónimo de adaptación al mercado pues dependía de la ley de oferta y demanda.
Implicaba vision, importación, prevision… porque un mercader no iba a arriesgarse si no sabe si lo puede vender.

Además, gracias a esto se daban relaciones personales pues el mercader podía llegar a prestar dinero, de forma que en torno a él hay un flujo de crédito.

Las manufactura producidas mediante el Domestic System eran de menor calidad pero tambien más baratas que las que se hacian en los gremios. Esto favorecia el desarrollo de este sistema.

Entorno a él, se han articulado diferentes teorías sobre la protoindustria. Una de ellas afirma que la Revolución Industrial tiene sus raíces en esta protoindustria.De esta forma, el cencepto de Revolución Industrial ha sido puesto en duda pues si no ha sido un proceso rápido no puede llamarse Revolución.
Este debate no ha tenido mucho éxito en España. Cuando hablamos del XVII en España asistimos a una ruralización. Económicamente esto se interpreta como índice de decadencia. Sin embargo, en Europa se ha descrito de otra manera. En el XVII, el Domestic System se produce una ruralización, esto se ve como factor de modernizacion hacia la hacia la Revolución Industrial pues como ya se ha dicho antes, la protoindustria es el germen de la Revolución Industrial.









Antes de la Revolución Industrial, la mayor parte de textil fue producido mediante el Domestic System. Esto era muy importante para la industria de textil británica antes de la edad de la fábrica.

jueves, 11 de diciembre de 2008

La mano invivisible


Para concluir con las entradas dedicadas a la figura de Adam Smith, os dejo aquí aquellas famosas palabras, pilares del lberalismo clásico;


(Nadie) se propone, por lo general, promover el interés público, ni sabe hasta qué punto lo promueve. Cuando prefiere la actividad económica de su país a la extranjera, únicamente este como en otros muchos casos, es conducido por una mano invisible a promover un fin que no entraba en sus intenciones. Mas no implica mal alguno para la sociedad que tal fin no entre a formar parte de sus propósitos, pues al perseguir su propio interés, promueve el de la sociedad de una manera más efectiva que si esto entrara en sus designios.


Adam Smith

La Riqueza de las Naciones, 1776

Adam Smith; teoría económica III. Salarios, renta y beneficios.

El último capítulo de esta serie dedicada a la teoría económica smithiana aglutinará tres elementos de vitales en términos macro; la retribución de los factores de producción -tierra, trabajo y capital- en rentas, salarios y beneficios. Así mismo, y como hemos citado, la suma de estos elementos defínía para Smith el valor de un bien.
En referencia a los salarios, Smith volvió a dejar campo abonado para sus críticos. Su ambigüedad en la definición de los mismos en términos agregados se define en la posibilidad de extraer de sus escritos hasta cinco teorías para determinar los salarios.Sin duda, su mayor aportación, sobre la que más se ha escrito y a la que más se han referido sus seguidores, es la teoría de fondo de salarios, descrita en el capítulo octavo de su libro La riqueza de las naciones.

El fondo de salarios se resuelve como la cuantía total que dota el ostentador de los medios de producción –capitalista- para satisfacer las necesidades de sus trabajadoras. Se considera pues este fondo como “adelantos” que el patrón otorga a los trabajadores esperando los futuros beneficios con la venta del producto terminado.

Es por esto que Smith concede una importancia vital a los capitalistas, y a la necesidad de un espíritu frugal de los mismos. Para nuestro protagonista, en un estadio social en el que el Estado no interviniese en la competencia del mercado, serían los capitalistas –como poseedores de los medios de producción- los encomendados para producir la riqueza nacional.

Y esta se alcanzaría si los capitalistas aumentan el fondo de salarios –otra forma más de inversión- y no gastaban su beneficio en los sectores improductivos. Este incremento salarial redundaría en una mejoría de la vida, con lo que se produciría un aumento de la población y con ella un aumento de la demanda de trabajo. Para Smith este aumento de la demanda de trabajo estimularía a la oferta de trabajo, que vería en esto la posibilidad de expandir sus beneficios. Y más aún, esta expansión, que se resuelve como progresiva, también produciría un aumento de los salarios. Estaríamos ante lo que Smith califica de “estado progresivo”.

Por otra parte, el beneficio está, según Smith, íntimamente ligado a la teoría de los salarios en tanto en cuanto el autor entiende que los beneficios son fruto del desembolso sobre bienes físicos y de los adelantos en forma de salario. Una inversión más potente en estos dos elementos tiene como resultado, en teoría, un aumento de los beneficios.

Ahora bien, Smith es consciente de que en un mercado competitivo la incertidumbre es clave para entender las actitudes del capitalista. Para el autor, este hecho va implícito en un negocio, insistiendo en que es este mismo factor el que hace que un capitalista no pueda acertar en los beneficios que obtendrá, no ya en un año, ni si quiera en el día a día.

Así que Smith propone, como medida para paliar este hecho, que los capitalistas se fijen en el interés que ofrece el dinero por su préstamo. En períodos en que el interés del dinero es bajo, las inversiones se suceden y así es propicio invertir, mientras que en períodos en que el interés es elevado, los beneficios de los capitalistas se reducirán y también las inversiones.

En referencia a la renta, último factor del estadio tripartito que Smith discernió como configurador del valor de un bien, se debe explicitar primero que la conceptualización que el autor clásico tenía sobre este factor es distinta a la actual. Para Smith y sus seguidores la renta se entendía únicamente como la remuneración por propiedad de tierra y minas.

Al enfrentarse al problema de las rentas, Smith lo hacía desde una postura complicada. Por un lado, se trataba sin duda de dos posturas condenadas a no entenderse, a saber: el liberalismo económico frente a la concepción rentista de la economía, menos proclive a introducir mejoras que aumentasen la producción, de tradición medieval. La misma idiosincrasia de la mayoría de quienes ostentaban este factor de producción –vieja nobleza- se veía amenazada desde hacía ya lustros por la nueva clase capitalista. Sin embargo, como fuerza centrífuga que removía esta idea, se hallaba la clara influencia que los fisiócratas ejercieron en la generación final del siglo XVIII y posteriores, como modelo del cual extraer un pseudoliberalismo de un factor de producción tan estático como la tierra.

Bibliografía.

Perdices de Blas, L. (Coordinador), San Emeterio Martín, N. y otros en “Historia del pensamiento económico”, Ed. Síntesis, Madrid.
Barber, William. J.; “Historia del pensamiento económico”, traducción de Solchaga, C. y Barba Bernabeu, G., revisión de Schwartz, P., Ed Alianza Editorial, 14ª Edición, Madrid 1992.

Adam Smith; teoría económica II. Mercado y competencia

Retomando la entrada anterior [Adam Smith; teoría económica I. Teoría del valor] finalizamos en ella comentando la inicial confusión generada al intentar explicar los valores y el trabajo de distinta forma pero enfocados como un mismo hecho. Sin embargo, de esta confusión saldría uno de los teoremas más alabados por toda la historiografía económica, y que aun hoy en día sigue siendo fundamento del análisis económico. Al establecer una diferenciación entre precio del trabajo y el precio o valor del producto para intentar legitimar su teoría del valor por coste de producción, Smith plantearía el comportamiento del precio de un bien como precio de mercado –valor del producto en el mercado- y precio natural –valor del producto según su coste de producción- amén de la interrelación de estos en un mercado de competencia perfecta, que es por el que Smith abogaba.

Así, el precio de mercado fluctúa en torno al precio natural, que se establece a corto plazo, eso es, cuando sale a la venta. Con el tiempo –análisis del comportamiento económico a largo plazo- este precio variaría –transformándose en precio de mercado-. Esta variación viene dada por un exceso o déficit de oferta. El primer caso es resultado de un producto que se vende mucho. Esto redundaría en un beneficio superior a la tasa natural –que refleja unos beneficios que cubren justamente la remuneración de factores productivos-. Ante esta situación, otros empresarios se animarían a vender dicho bien, generándose un exceso de oferta que provocaría un progresivo descenso de los precios de dicha mercancía. Al contrario, también se podría originar un proceso de aumento de precios vía descenso de producción, como el resultado de un bien que al venderse poco fuese abandonado por unos empresarios que preferirían dedicarse a la venta de otros.

Una vez introducido el concepto de equilibrio de producción en el mercado, Adam Smith revisaría cada uno de los factores originarios de todo el ingreso, así como de todo valor de cambio, a saber: salarios, beneficios y renta.
Bibliografía

Screpanti, E. y Zamagni, S. en “Panorama de historia del pensamiento económico”, traducción de Ramos, F.J., Ed. Ariel Economía. Barcelona 1997.

Perdices de Blas, L. (Coordinador), San Emeterio Martín, N. y otros en “Historia del pensamiento económico”, Ed. Síntesis, Madrid.

Adam Smith; teoría económica I. El análisis del valor

La tasación del valor de las cosas es un tema que ya en la antigüedad preocupaba a los filósofos e intelectuales. La estimación de que el objeto poseía un valor en si mismo y otro cuando se intercambia también se formuló originariamente. Estas investigaciones eran fruto de la observación; determinados útiles que eran muy necesarios –valor de uso- para el ser humano, como el agua, tenían sin embargo un escaso valor en el intercambio (mercado) –valor de cambio-, sobre todo si se comparaba con otros objetos, como los diamantes. Estos últimos tenían un escaso valor vital para el ser humano, pero su intercambio provocaba pingües ganancias a su propietario.

Smith continuaba pues una larga tradición de estudio sobre el valor aportando una teoría que ha resuelto ser algo ambigua. Aun así su aportación en este sentido es notoria. Partía el autor de la premisa de que un requisito previo para que una mercancía tuviese valor es que fuese el resultado del trabajo humano. De esta forma, el valor de un bien se medía en unidades de trabajo; el valor de cambio de un objeto se determinada también por el “trabajo exigido” de este hacia un posible comprador.

Desde aquí se presenta pronto la idea de que un objeto puede –y de hecho suele- no coincidir en sus valores de trabajo (necesario para elaborarlo y exigido para comprarlo). Smith se defendía de esta cuestión mientras continuaba su disertación. Admitía que esta idea solo sería viable –como axioma- en sociedades primitivas en las que no existía otro factor de producción que el trabajo. Ahora bien, en su período y ya desde mucho antes existían otros factores como la tierra o el capital que se adherían al factor trabajo para redundar en el valor final de un bien.

Como hemos citado, mientras el producto sea el resultado exclusivo del trabajo, la equivalencia entre valores es más sencilla, pero la aparición de los terratenientes y de los capitalistas modifica este hecho. Al salario (retribución del factor trabajo) se le suman los beneficios y las rentas de la tierra para conformar el valor del bien. Esta es quizá, de todas las interpretaciones que se han realizado sobre el tema del valor smithiano, la más acertada, denominada teoría del coste de producción -vista en clase-.

Entonces se plantea Smith el problema de la evaluación del trabajo. La conclusión a la que llegó fue que el trabajo tampoco podía medirse en unas unidades homogéneas, pues existen, por ejemplo, trabajos más intensivos que otros, por mismas horas dedicadas. Por esto, una teoría basada en la suma de trabajo, beneficio y renta para explicar el valor, no era válida. Acertó así Smith a determinar, en vez de trabajo, el salario, como factor a incorporar a la renta y al beneficio. Al fin y al cabo, el autor entendía que los salarios iban parejos a la tasación de la unidad de trabajo.

Bibliografía

Perdices de Blas, L.; “Historia del pensamiento económico”, Ed. Síntesis, Madrid.

Screpanti, E. y Zamagni, S.; “Panorama de historia del pensamiento económico”, traducción de Ramos, F.J., Ed. Ariel Economía. Barcelona 1997.



miércoles, 10 de diciembre de 2008

Adam Smith; "La teoría de los sentimientos morales"



Junto a su Riqueza de las naciones Smith solo quiso publicar otro libro, que no atendía al campo de lo económico, titulado La teoría de los sentimientos morales [1759].

De esta obra se desprende, al igual que en la Riqueza de las naciones, una búsqueda por desentrañar leyes universales que rigieran cada determinado campo de estudio. La influencia que Newton propulsó sobre el resto de comunidad científica tras sus disertaciones es vital para entender los escritos smithianos en sí mismos.

Smith buscaba en esta obra un orden natural que coordinara la vida de los individuos. Sus preguntas, intuiciones y deducciones no fueron resueltamente novedosas; seguían una corriente de pensamiento filosófico que se preguntaba sobre los elementos –morales- que hacían factible la convivencia pacífica de los hombres, aquellos actos “cívicos” que surgían de la psique humana.

Los sentimientos operaban pues como modeladores del carácter humano, permitiéndole vivir en sociedad. Para explicar esto Smith introdujo la figura del espectador imparcial. El espectador imparcial realiza la función de la conciencia, mediante la cual el hombre se juzga a si mismo desde la perspectiva de tercera persona.

Y no solo se enfrenta el autor a la idea que cada uno tiene de sus propios actos como freno a posibles actitudes “no deseadas”, también introduce el concepto de simpatía como dispositivo de armonía social. Para Smith las personas desarrollamos un sentimiento de cercanía hacia personas con las que convivimos –e incluso que no conocemos- que nos hacen partícipes, sentimentalmente, de sus logros y de sus fracasos. Está presente en la naturaleza humana la necesidad de sentirse valorado –ya que sabemos de esa simpatía que los demás puedan mostrarnos- por lo que en nuestra vida buscaremos realizar acciones remarcables y nos alejaremos de las que puedan crear repulsión hacia nuestra persona.

Plantea Smith que es evidente que no todas las acciones virtuosas pueden ser alabadas, por lo que debe existir otro elemento que impulse a las personas a llevarlas a cabo. Entra aquí la idea de que el solo hecho de ser merecedor de elogio ya es un estímulo sostenible para llevar a cabo una acción. Aparece aquí de nuevo el espectador imparcial, ese “yo” que se sustrae de cada cual y que indica que es correcto y que no lo es.

Esta conceptualización del ser humano es, de base, optimista, y de forma, poco explicitada. Parte de la idea de que los hombres se rigen por una propensión a actuar bien, aun cuando la realidad le mostraba lo contrario. Además, no indicaba con precisión si los actos realizados para provocar algún bien son en sí mismos buenos. Para rellenar estos dos puntos “vacíos” introdujo a la divina providencia como la impulsora de ese estadio del que solo podían proyectarse buenas acciones y que, en caso de que no fueran comprendidas o dignificadas en la tierra, lo fueran en la otra vida.

Smith empleaba pues a Dios como “paraguas” en su teoría, pero dejaba al hombre en el primer plano. Confiaba en su conciencia para discernir el bien del mal, pero eso no significaba que entendiera una sociedad sin “justicia”. Para el autor los hombres tenían la potestad de exigir al conjunto que actuasen de forma bienhechora, en base a esos criterios morales, cristalizándose en leyes que podían, incluso, aplicarse por la fuerza. Adam Smith estaba proponiendo un modelo institucional desde una teoría política que de hecho se complementa con su obra La riqueza de las naciones.
Bilbiografía
Perdices de Blas, L.; “Historia del pensamiento económico”, Ed. Síntesis, Madrid.

Adam Smith; el nacimiento de la esucela clásica

La doctrina política imperante en la Edad Moderna, el absolutismo, tuvo su propio estadio filosófico-político (que incidía de forma indirecta en modelos económicos -mercantilismo-) construido a partir de las observaciones de Maquiavelo y Hobbes, a saber: la naturaleza humana, egoísta per se, hacía imposible la vida social libre. Solo el Estado absoluto, que en virtud de su potestad regía al conjunto con autoridad, era el medio viable de convivencia en sociedad. La historia política inglesa, sinembargo, se desmarcaría pronto de este sistema para desarrollar uno propio y original. El proceso hacia el modelo de Monarquía Parlamentaria -parlamentarismo- se ha conocido como la "vía singular inglesa".

Los hechos acaecidos en Inglaterra a partir de 1649 –año de la proclamación de la república inglesa-, y los sucesivos 1688 –revolución Gloriosa- y 1689 –declaración de derechos- se resolvieron como la respuesta de un grupo social burgues cuyos intereses se encontraban con los del monarca absoluto. Estos intereses -definidos como egoísmos individuales para el originario absolutismo- son, a la postre, de índole económico, por lo que también se hacía necesario buscar una vía de pensamiento que justificase la consolidación de esta nueva postura. Y es aquí donde Adam Smith provoca un punto de inflexión en la interpretación de los hechos económicos. Desde una disposición inclinada a idealizar el estado natural (como Locke o Rousseau) que implicaba evaluar o incluso condenar las instituciones imperantes, Smith va más allá que los empiristas y los filósofos del sentido moral en la conceptualización de un soporte metafísico legitimador y dilucida el teorema de “la mano ivisible”: el interés personal de los individuos es el que sirve al interés colectivo.

La expresión de esta y otras ideas se define en la obra culmen de A. Smith; Investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones (1759). Es este tratado sin duda alguna un pilar básico en la ciencia económica, amén de punta de lanza de toda una corriente intelectual suscitada, la escuela clásica. Adam Smith buscaba, como así se desprende del título de su libro, el análisis del crecimiento a largo plazo. Para ello hubo de detenerse en explicar los factores intrínsecos que definían cuando un Estado era rico y porqué.

Smith encontró en la división del trabajo la fuente de dicha riqueza. La división del trabajo implicaba una diversificación productiva pero, a la vez, esta no se podía desplegar si no existía un mercado lo suficientemente desarrollado como para absorberla. Esta “extensión de mercado” marcaba los límites al crecimiento; límites geográficos y/o económicos.

Este último punto nos devuelve a la idea inicial mencionada; las restricciones al comercio –intervencionismo- presionaban negativamente al proceso que A. Smith entendía como impulsor de la riqueza: la acumulación de capital y su reinversión.

El alma de esta escuela que se estaba gestando encuentra también su génesis en las ideas en que se habían educado los futuros economistas, y en este sentido es diferencial la influencia del pensamiento newtoniano en los ilustrados y en la susodicha futura escuela clásica. El mundo se regía por leyes físicas que el ser humano no podía controlar pero si podía entender. Esta concepción filosófica se proyecta desde la idea de Descartes de que el conocimiento racional es viable. La economía mundial en términos macroeconómicos y microeconómicos también debía definirse por unas leyes que era posible escudriñar para extraer pautas con las que discernir –en la medida de lo posible- los procesos económicos.

En el ámbito macro con la postulación de su teoría del excedente, que puede encontrar sus raíces filosóficas en el iusnaturalismo así como en las influencias de Locke y Quesnay –laissez faire, laissez consomer-; y en el micro con la idea del equilibrio competitivo individualista, embebido en las tesis empiristas y prolongando una línea trazada por Hume, Hutcheson y Shaftesbury.

Smith no solo demostró una inusitada habilidad para captar los mecanismos dinámicos que propulsaban la economía; otorgó además a la ciencia económica de unos axiomas que tardarían en ser revisados y que, más allá, aun siguen siendo –en algunos casos- esquemas válidos a los ojos del liberalismo económico contemporáneo -neoliberalismo-. Como muestra, desde postulados actuales neoliberales se rescatan algunas ideas clásicas sobre el papel de los beneficios como incitación de la formación de capital y de la expansión económica, para amparar la introducción de tecnologías intensivas en capital en los países en proceso de desarrollo.

Pueda quizá deducirse de una lectura poco profunda de la obra de Simth una soterrada indiferencia ante los individuos menos favorecidos, sin embargo, los análisis que los economistas clásicos realizaban se sostenían en la realidad de los paises europeos, con un porcentaje altísimo de población en el umbral de pobreza. La doctrina clásica proponía el crecimiento de la producción en un proyecto agregado, como modelo para asegurar la riqueza de un país.
Riqueza no solo entendida en términos de balanza comercial –mercantilismo- sino como eje de esa diversificación –y aumento- de la producción en la que era necesaria una extensa mano de obra. Aun así, es igualmente cierto que la búsqueda de unos mayores beneficios incidía a la baja en los salarios nominales.

Estos postulados -entre otros- han permitido que muchos autores posteriores, hasta nuestros días, consideren a Smith como el padre de la economía. Es también innegable que otros tantos no han escatimado en críticas sobre su obra. A este respecto, cabe destacar la cita del ilustre Joseph A. Schumpeter calificando a Smith de “plagiario desvengorzado” en su Historia del análisis económico (1994).
Es evidente que algunas de las ideas de Smith surgieron de una literatura ya formulada (Turgot, David Hume, R. Cantillon, etc.) pero es innegable que fue el primero que supo aglutinarlas para construir un modelo coherente agregado sobre el que regir las disquisiciones que la economía retaba a resolver.

Bibliografía

Perdices de Blas, L.; “Historia del pensamiento económico”, Ed. Síntesis, Madrid.

Barber, William. J.; “Historia del pensamiento económico”, traducción de Solchaga, C. y Barba Bernabeu, G., revisión de Schwartz, P., Ed Alianza Editorial, 14ª Edición, Madrid 1992.

Screpanti, E. y Zamagni, S.; “Panorama de historia del pensamiento económico”, traducción de Ramos, F.J., Ed. Ariel Economía. Barcelona 1997.

jueves, 4 de diciembre de 2008

LA FISIOCRACIA “Laissez faire, Laissez passer”

La Fisiocracia es una escuela de pensamiento económico cuyos orígenes se encuentran en la Francia del siglo XVIII, relacionada con la Ilustración, los fisiócratas tienen conciencia de grupo y trabajan de forma más o menos organizada, por lo que se ha considerado la primera escuela económica de la Historia. No obstante, se plantea la pregunta de porqué aparece en Francia:
1. Como reacción al Colbertismo
2. Se ajustaba a la estructura social francesa, no existía un capitalismo comercial, el sector primario era fundamental y los propietarios eran la base de la sociedad en términos económicos y políticos.
3. La ilustración cultiva el amor a la naturaleza como regalo de Dios.
4. En Europa existía una tradición de literatura sobre agricultura.
Esto explica el nacimiento de la fisiocracia en Francia y sus teóricos, al igual que Colbert, por su posición social y laboral, podían llevar a cabo sus teorías, pues tenían gran importancia en la Corte:
Quesnay
Se trata del precursor del pensamiento fisiocrático. Médico personal de Luis XV y madame Pompadour, gracias a su atractiva personalidad consiguió en pocos años una buena relación con las altas esferas obteniendo influencias en los círculos más importantes de la corte. Quesnay se dedicó a la economía después de cumplir los sesenta años, sus estudios sobre la economía no constituyeron más que una fase de transición en su carrera intelectual. Su obra principal fue “Tableau Économique”.



Turgot
También es uno de los fisiócratas más recordados. Este fisiócrata, tras ocupar altos puestos gubernamentales, se convirtió entre los años 1774 y 1776 en uno de los últimos ministros del Antiguo Régimen en Francia. Pero hay que decir que siempre quiso mantener su independencia intelectual de la llamada secta de los fisiócratas, considerándose uno, pero sin formar parte de ese grupo.





Du Pont
Era editor y director del periódico de la escuela fisiocrática, fue el gran difusor de las ideas de Quesnay, mediante calendarios, provisiones meteorológicas... Tras la Revolución Francesa hizo fortuna en América y formó la compañía comercial de los Dupont.

Características de la Fisiocracia
1. Los fisiócratas se definen como lo opuesto al mercantilismo, como una solución a sus problemas y apuestan por la libertad en el comercio del grano.
2. Aportan una idea clave para la Historia Económica. Consideran que la riqueza estaba relacionada con el sector primario y el Producto Neto: beneficio que se puede obtener de la agricultura, resultante del producto bruto menos los gastos de producción. Lo que supone un concepto dinámico de la riqueza.
3. La Tableau Économique contenía un modo de trabajo que hoy día se ha usado por los economistas “input-output”, forma de organización de los economistas basado en el texto de Quesnay.


4. Pensamiento social de la fisiocracia. Si la riqueza está vinculada a la agricultura, sólo los propietarios constituyen la clase más importante, de modo que el resto de la población pierde importancia, estableciéndose una jerarquía entre los distintos sectores de la economía:
1. Agricultura
2. Manufactura
3. Comercio, banca: clase estéril
5. Política fiscal. En una etapa caracterizada por el déficit los fisiócratas intentan defender políticas de saneamiento de la economía. Esto entraña una contradicción, pues si la riqueza la crea la agricultura, la fiscalidad debería gravar el producto neto, de modo que esta presión recaería sobre los propietarios, pero no pueden por su privilegio de exención fiscal. Un problema al que los fisiócratas no pueden dar solución.

Una población escasa es realmente pobre. Una nación con ocho millones de habitantes será más del doble de rica que otra igualmente extensa pero que no tenga más que cuatro millones, pues los gobernantes -que constituyen la carga principal- pueden ocuparse lo mismo de un número mayor o menor de individuos.”
(William Petty, The Growth Increase and Multiplication of Mankind, 1681)

VARIANTES NACIONALES

Castilla
El mercantilismo en Castilla se identifica con la práctica del arbitrismo. Se trata de una práctica propia de los siglos XVI y XVII en la que una persona, el arbitrista, elevaba un memorial a las instituciones pertinentes, en el que plantea unos problemas de estado y propone sus propias soluciones al mismo para resolver los “males del país” (arbitrio). Se trata de un fenómeno poco estudiado pero de gran relevancia para el estudio de estos siglos.

Los arbitristas no representaban ningún tipo sistematizado sobre la economía, ni tampoco conformaban un grupo homogéneo. Se trata de una práctica curiosa, pero no deja de ser lógica en un momento en el que los deberes feudales heredados del periodo medieval supusiesen el recurso del rey al consejo de sus vasallos. Un consejo que no era desinteresado, pues éste esperaría de su rey una merced, como fruto de ese vínculo feudovasallático. Para poner nombres a este fenómeno podemos recurrir a las figuras de Luís Ortíz, Álvarez Osorio, Sánchez de Moncada, Caxa de Lervela…

En el fenómeno del arbitrismo también había resoluciones algo curiosas, pues en definitiva el arbitrista buscaba su propio beneficio, no obstante, no todo el mundo tenía acceso a la opción de elevar su propuesta al rey, en ese aspecto jugaban un papel importantísimo las relaciones clientelares, el conocimiento de algún miembro de la corte o cercano al rey que pudiese apoyar tu propuesta y hacerse valedor de la misma.
La temática de estos textos representa una clara alusión a la decadencia, siendo los primeros en tratar estos temas: la excesiva presión fiscal, las injustas guerras... así como la permisión de salida de oro y plata de Castilla a otros países europeos.
Estos escritos, que a veces se han tomado como textos no demasiado serios, sobre los que hay que tener en cuenta el deseo de un favor del rey, objetivo último de los arbitristas con este sistema, por lo que se llegaban a proponer situaciones dramáticas que necesitaban una rápida solución para que su propuesta fuese aceptada y su objetivo viable, en la actualidad se está empezando a matizar en torno a la visión que nos ofrecían sobre la crisis del siglo XVII, pues toda la información que se poseía sobre ésta provenía de estos arbitristas y recientes estudios confirman que la situación no era tan drástica en según que temas.

Así pues, si realmente queremos acercarnos a un pensamiento económico verdadero debemos acercarnos al siglo XVIII. En este siglo aparece la figura del proyectista, personajes más precisos en sus propuestas, con una cierta formación y cuyo pensamiento estaba más sistematizado, aunque en esencia son los herederos de los arbitristas. Junto con los arbitristas son considerados poblacionistas, pero éstos además pusieron un gran énfasis en la importancia de la industria.

Gaspar Melchor de Jovellanos


Algunos proyectistas del periodo serían Pablo de Olavide, Jovellanos, Cabarrús, Ulloa y Ward (quien fue uno de los ideólogos del sistema de carreteras en el que se proyecta una organización con centro en Madrid, de donde partían 6 carreteras a diferentes puntos de la península). La concepción de estos teóricos, como es propio de su época, es de vocación centralista (política borbónica en la península).
Estos últimos critican la ociosidad de la nobleza, el sistema de mayorazgo, los censos, etc... poniendo en tela de juicio muchos de los elementos base del Antiguo Régimen.

En definitiva se puede afirmar que los proyectistas, herederos directos del arbitrismo sí empiezan a cuestionar los fundamentos del Antiguo Régimen, lo que pone de manifiesto que el origen del desmembramiento de las estructuras del Antiguo Régimen se encuentra dentro de él.


Inglaterra
El pensamiento económico inglés puede caracterizarse a través de dos puntos o cuestiones fundamentales: se trata de un pensamiento muy heterogéneo y los textos más relevantes responden a cuestiones particulares y no a una generalidad. En lo que respecta a los autores, se pueden diferenciar cuatro líneas de pensamiento:
1. Balanza Comercial Favorable. Representantes: Malynes, Misselden y Mun.
2. Balanza Comercial Favorable en términos de empleo. Representantes: Cary y Child.
3. Tipos de interés. Representantes: Child y Locke.
4. Afán de cuantificación. Representante: Petty.

1. Balanza Comercial Favorable
Considera que una balanza comercial favorable sería la solución a la falta de metal, por tanto es una teoría que se apoyaría en los sectores secundario y terciario.





2. Balanza Comercial Favorable en términos de Empleo
Cary y Child defendían una balanza comercial favorable, pero no para atraer más metales al país, sino por la necesidad de aumentar la oferta laboral para poder propiciar una exportación suficiente y así mantener esta balanza comercial favorable.
Se trata de una teoría muy importante que ya se encuentra en el pensamiento clásico: el empleo genera riqueza. Una idea que llegará a Adam Smith a través de los trabajos del francés R. Cantillon.

3. Tipos de interés
Representando esta teoría encontramos las figuras de Child y Locke, quienes proponen reducir la tasa del dinero con el objeto de poner en marcha más vida monetaria en el mercado para que baje el tipo de interés, de este modo, poniendo más moneda de mercado se consigue que las tasas sean menores. Se trata de una teoría que tiene su explicación en dos cuestiones. En primer lugar, la existencia de un fuerte pesimismo por la peste negra de ese periodo y por el incendio de Londres de 1666, que supone la destrucción del principal foco económico de Inglaterra en ese periodo. Por otra parte también se debe a la competencia que Holanda le establece.


4. Afán de cuantificación
El principal valedor de esta teoría es William Petty. Existe un debate acerca de si este teórico puede considerarse mercantilista, pues mostró mucho interés por la balanza de pagos, de modo que cronológicamente se le considera mercantilista, pero ideológicamente no.
Fue miembro del Parlamento, se mantuvo en contacto con matemáticos, científicos del momento,... en su obra Aritmética Política propone una medición de la realidad en términos de números, pesos y medidas (en el A. Régimen funcionaban medidas de carácter cualitativo y subjetivo, dependiendo de diferentes circunstancias los elementos aumentan o disminuyen su valor).
El suyo es uno de los tratados sistemáticos sobre este tema con un concepto más contemporáneo, con él se establecen las primeras críticas al A. Régimen, el cambio dentro del estatismo del periodo.


Francia
Cuando se habla del fenómeno en Francia hay que valorar a priori dos cuestiones fundamentales:
- Los pensadores pondrán énfasis en lograr la autosuficiencia económica de su país.
- Se fomenta la Industria mediante diferentes medidas potenciadas desde la Monarquía.
Así pues, los tres autores más relevantes de este momento (preocupados por cuestiones más prácticas que teóricas) serían Laffemas y Montchretieu (finales del siglo XVI principios del XVII) y sobre todo Colbert, ministro de Luis XIV.
Los primeros ponen énfasis en la idea del autoabastecimiento y la autarquía. Una visión fruto de la situación política, las guerras de religión, la presión de la Monarquía Hispánica...

Será con Colbert con quien se produzca un cambio radical. Se trata del gran ministro de Luis XIV, por lo que tiene la oportunidad de llevar a la práctica sus teorías. Su teoría propone la promoción y defensa de las manufacturas, así, protegiendo la industria nacional accedería al oro y la plata que circula por Europa. Para ello pone en funcionamiento varios mecanismos:
1. Obstaculizar la llegada de manufacturas extranjeras a través de la imposición de fuertes aranceles.
2. Prohibir la exportación de materias primas.
3. Defendiendo la creación de Reales Fábricas. Se trata del elemento más novedoso: grandes fábricas con muchos privilegios reales (tendencia al monopolio), con muchos trabajadores para producir lo suficiente para abastecer el mercado francés y también el extranjero. Un ejemplo es Gobelinos, las famosas fábricas de tapices con un tratamiento de lujo y precios caros, pero no destinado a todo el público por su excesivo precio.

Hay que considerar que esta teoría no es más que la vertiente económica de una política agresiva y expansionista que lleva a cabo Luis XIV durante su reinado. Por ello se considera que este pensamiento responde a cuestiones más coyunturales y prácticas y sus objetivos son más políticos que económicos.


Holanda
Destacan dos cuestiones principales:
- Interés por el comercio: proteccionismo muy moderado (Hugo Grocio)
- Prácticas bursátiles. A principios del siglo XVII se crea la primera bolsa de valores en Ámsterdam.
Prácticas Bursátiles
Joseph de la Vega fue un judío español que publicó un tratado en 1668 Confusión de confusiones, considerado el primer tratado sobre operaciones bursátiles. Un hombre que, aun siendo de origen holandés, le da una connotación religiosa a su trabajo, denunciando la usura presente en la bolsa de Ámsterdam. Asimismo, se trata de un trabajo más práctico que teórico puesto que proviene de la observación.

Interés por el Comercio
Hugo Grocio, jurista, historiador, politólogo,... es el máximo representante de esta teoría. Su escrito Mare Liberum (1609) defendía la libertad de viajar, navegar y comerciar por todo el mundo. Escrito en el contexto de la Tregua de los Doce Años, defendía el libre comercio con Indias para que los Países Bajos tuviesen una cierta independencia económico-política y también contrarrestar la política pesquera inglesa. No obstante, se trata de una obra fundamentalmente jurídica, que atiende a cuestiones prácticas, como viene ocurriendo en todos los pensamientos anteriores.


Como conclusión común a todas las variantes nacionales se extrae que asistimos a un pensamiento muy heterogéneo cuyo objetivo tiene una vertiente fundamentalmente práctica, en aras de conseguir un beneficio económico para la Monarquía pertinente, de modo que no existe la pretensión de explicar la economía desde un punto de vista teórico.

EL MERCANTILISMO II

Historiografía (continuación)

Si seguimos hablando de Heschker, hay que decir que es un teórico que defiende la existencia del mercantilismo, afirmando la existencia de una escuela. No obstante, su teoría no dejará de ser criticada por teóricos posteriores, éstas proceden de estudiosos de la América anglosajona (J. Viner, D. Coleman…) quienes rebaten la idea de que el mercantilismo pueda considerarse como escuela económica. Coleman basa su opinión en la idea de que Heschker sólo estudió el modelo inglés y francés, dejando a un lado las variantes castellana y portuguesa.
No obstante, hay que tener en cuenta que ambos son americanos que escriben tras la II Guerra Mundial y eran, por tanto, del bloque capitalista, que en la coyuntura de la Guerra Fría se oponen categóricamente al comunismo que es más propenso a apoyar las medidas proteccionistas.
Otro autor, Magnusson, vuelve a reivindicar el mercantilismo posteriormente.
En definitiva, son muchas las interpretaciones sobre el mercantilismo. Hay quien defiende que era una escuela y otros que consideran que se trata de una creación a posteriori.